Las 3 formas de presentar una cartera de valores

Normalmente un analista financiero obtiene la información para un conjunto de muchos activos a la vez. Suele leer los datos en las matrices de esperanzas, la de varianzas y covarianzas.

Por ejemplo si las acciones del Banco Santander y el BBVA tienen un coeficiente de correlación alto, o también llamado grado de libertad (más próximo a 1 que a 0) significa que si la cotización de un valor sube o baja es altamente probable que el otro lo haga en la misma dirección. Esto tiene mucho sentido porque BBVA y B.Santander pertenecen al mismo sector (la banca) y cotizan en el mismo mercado (el Ibex35). Y como ejemplo de un ejemplo si el Banco Central Europeo (BCE) baja los tipos de interés los dos bancos bajarán su cotización en la Bolsa.

Ahora bien, cuando el analista tiene delante de la pantalla de su ordenador la información, es el momento de tomar la decisión de inversión. Tiene dos cursos de acción alternativas. El primero es invertir en un sólo activo financiero (hecho poco común en la práctica). El segundo consiste en combinar varios activos en lo que se conoce como una cartera de valores.

Una cartera de valores es una combinación de activos. Pero se suelen interpretar sólo como un activo inventado por el analista, ya que lleva una única rentabilidad asociada, que es el promedio de todas las demás. Por ejemplo podemos invertir en el activo Ibex 35, pero al invertir en el índice bursátil español estaremos invirtiendo a la vez en las 35 empresas cotizadas.

Creando un portfolio de inversiones en varios activos nace lo que se conoce como la diversificación. Que en la mayoría de casos nos hará ganar más y perder menos reduciendo los riesgos. Otro apunte es que si queremos diversificar es conveniente que las acciones tengan un coeficiente de correlación bajo entre ellas. En el caso contrario la utilidad de distribuir el riesgo pierde todo el sentido.

Una cartera de valores se puede leer de 3 formas. Aunque en la práctica se utiliza sólo la tercera.

Como número de acciones

Nuestra cartera de valores ficticia va a ser invertir en 5 acciones del B.Santander, en 3 acciones del Banco Popular y en 7 acciones del BBVA.
Si queremos expresarlo en términos números sin tener en cuenta su cotización en el mercado podemos contabilizar nuestra cartera así.

Podemos decir que nuestra riqueza es de 15 acciones y se distribuye en un 33,33% en el B.Santander (5/15), en un 20% en el Popular y en un 46,66% en el BBVA.

Como su precio de cotización

Ahora entra en escena el precio de cotización en el mercado de cada valor. Pongamos que el Santander cotiza a 6,24 unidades monetarias por acción. El Popular a 3,5 y el BBVA a 4,2.

Nuestra cartera queda expresada como:

Activo Precio de cotización*Acciones Valor del activo
B. Santander 6,24*5 31,2
B. Popular 3,5*3 10,5
BBVA 4,2*7 29,4

Juntos suman una riqueza 71,10 unidades monetarias. Este número nos da mucha más información que únicamente decir que tenemos 15 acciones. Ahora podemos decir que tenemos 15 acciones y que podemos venderlas por 71,10€.

Como ponderación o porcentaje

Es la forma más expresiva y utilizada en las finanzas para definir una cartera de valores. Se calcula dividiendo el valor del activo anterior entre la riqueza total. Hagamos la operación valor por valor…

B. Santander. 31,2/71,1 = 43,88%

B. Popular: 10,5 / 71,10 = 14,77%

BBVA: 29,4 / 71,10 = 41,35% (los 3 juntos deben sumar el 100%)

Ahora tenemos presentada una cartera de valores donde conocemos el peso relativo de cada activo dentro de nuestro conjunto de inversiones. Porque en términos porcentuales es lo mismo tener 10 acciones de 1€ que 1 de 10€.

 

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