¿Estás pensando en leer el libro de Factfulness de Hans Rosling? Voy a intentar convencerte en las siguientes líneas para que lo hagas. Te prometo que no te arrepentirás.
Nuestra comprensión del mundo se encuentra altamente distorsionada por nuestros sesgos psicológicos. Pensamos que vemos el mundo objetivamente, pero lo cierto es que nuestras emociones toman el poder en la mayoría de las veces.
La visión del mundo desde Occidente es totalmente negativa y catastrófica. Noticias en el telediario nos asaltan a diario hablando sobre terrorismo, extrema pobreza, desastres naturales, corrupción política, enfermedades, asesinatos, guerras, una sociedad cada vez más dividida entre ricos y pobres… La lista continúa interminablemente.
¿Refleja este caos la realidad? ¿Por qué la mayoría de la información que consumimos es negativa? ¿Con qué herramientas deberíamos analizar realísticamente el mundo?
Hans Rosling, un especialista en salud y asesor de la Organización Mundial de la Salud y UNESCO, intenta exitosamente encontrar una explicación a estas preguntas. Hans sirvió como misionero médico en los países más pobres del mundo, viendo la pobreza y desolación absoluta de primera mano.
La misión de Rosling a lo largo de su vida se ha centrado en combatir las malinterpretaciones. En analizar las cifras y los datos sin el ruido mediático, comparándolos y contrastándolos entre sí. Tal y como son. Sin maquillaje. A este proceso lo ha llamado factfulness. Factfulness es el hábito reductor de estrés de tener una opinión fuertemente contrastada con hechos, no sólo datos.
¿Va realmente el mundo tan mal? La verdad es que omitiendo la mayor parte de nuestros instintos biológicos para analizar información y obteniendo una visión realista del mundo, el mundo progresa lentamente sin pausa.
Los 10 principales instintos que nos hacen ver el mundo erróneamente
- El instinto de la separación. Separar el mundo entre “ellos” y “nosotros”, “Occidente” y “Oriente” o entre “ricos” y “pobres” distorsiona nuestra visión. La mayoría de la población sigue una distribución normal. No es ni rica ni pobre, sino clase media. Y el mundo no se debería dividir entre dos partes. No es representativo ni real.
- El instinto de la negatividad. El mundo no podría ir peor. La desigualdad crece, las placas polares se descongelan a un ritmo alarmante, las enfermedades crecen… ¿De verdad es nuestra vida diaria tan catastrófica? ¿O simplemente nuestro negativismo? ¿Qué es verdad y qué está siendo exagerado?
- El instinto de la línea recta. Consiste en predecir el futuro linearmente con los datos del pasado. Este análisis simplista muchas veces conduce a errores.
- El instinto del miedo. El miedo y la posibilidad de un peligro inminente siempre nos pondrá más alerta. Las posibilidades morir por un accidente aéreo son casi cero. Sin embargo, cuando un avión se estrelle los telediarios lo retrasmitirán continuamente. ¿Deberíamos de sentir pánico por volar? Estadísticamente no tenemos razones para ello.
- El instinto del tamaño. Debemos comparar los datos siempre relativamente a otros. Por ejemplo, ¿qué país emite más dióxido de carbono? ¿India o España? Todos pensamos automáticamente que India contamina más por su atraso económico. Pero lo cierto es que por habitante España contamina cuatro veces más.
- El instinto de la generalización. Solemos juzgar a las personas o grupos metiéndolas en una categoría estática. Todos comparten unas características únicas que nunca cambiarán. Generalizar, aunque esté en nuestros genes para ahorrar tiempo, casi nunca resulta ser una buena opción.
- El instinto del destino. Mucha gente piensa que África está condenada a ser pobre. Es el destino. Para que haya ricos tiene que haber pobres. Lo cierto es que África es actualmente de los continentes que más crecen. Y no lo hace acosta de los demás países.
- El instinto de la perspectiva única. Cegarnos con una única solución a un problema nos hace perder perspectiva y dejar escapar la posibilidad de encontrar mejores soluciones.
- El instinto de la culpa. En el momento en que señalamos a un culpable se pierde nuestra capacidad crítica. Simplificamos falsamente un problema mucho más complejo.
- El instinto de la urgencia. Tenemos que hacer algo y tenemos que hacerlo ya. Exigir continuamente el tomar medidas desproporcionadas sólo hará que los que nos alarman continuamente pierdan toda la credibilidad.
Factfulness en pocas palabras
En definitiva, Factfulness un libro bellamente escrito e ilustrado. Que nos ha reír comparando el desconocimiento del mundo de líderes políticos y Premios Nobel con chimpancés. Lleno de gráficos y datos. Un best-seller internacional que está agitando conciencias positivamente.
El mundo va mucho mejor de lo que pensamos. Tenemos muchas más razones para ser optimistas que negativos.
Además, se puede considerar como un libro de psicología. Los errores que cometemos analizando el mundo se pueden extrapolar a nuestra vida cotidiana. Una lectura muy amena, recomendada por personalidades como Warren Buffett, Bill Gates o Barack Obama que nos hará comprender objetivamente el funcionamiento del mundo.
Hazte con tu copia de Factfuness: Diez razones por las que estamos equivocados sobre el mundo. Y por qué las cosas están mejor de lo que piensas. (Hans Rosling).
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