Ya vimos que las empresas necesitan financiarse para afrontar nuevos proyectos y expandirse. Este artículo tiene como fin analizar un poco más cómo las compañías obtienen la financiación en los mercados financieros, y a través de qué instrumentos lo consiguen. Para ello veremos sus activos y pasivos y cómo empresa e inversor juegan con ellos para obtener cada uno sus propios beneficios.
Activos reales
Podemos decir que las sociedades tienen unos activos reales para llevar a cabo su actividad social. Aquí se incluyen los activos no corrientes (o también llamados activos fijos) Incluimos aquí la maquinaria, los edificios, los elementos de transporte o cualquier activo que permanecerá en la empresa a largo plazo y será necesario para desarrollar su actividad.
A estos activos reales también se les conoce como Activos asecas, aplicación de fondos o inversión. En la contabilidad aparecen en el lazo izquierdo del balance.
Activos financieros
Para adquirir los activos reales la empresa necesita financiarse. Para obtener el capital necesario entran en escena los activos financieros, que buscan esa financiación a través de los mercados financieros y otorgando a los compradores derechos económicos y políticos en la empresa. Los activos financieros son títulos-valores que:
- Hacen que su comprador sea el propietario de un trozo de la empresa; es decir; un porcentaje del derecho de sus activos reales.
- Tienen valor por sí mismos, y se pueden vender en un mercado específico conocido como la bolsa.
- Premian al poseedor con una rentabilidad, ya sea en forma de dividendo o con la subida del precio de las acciones. Por eso los directores de las empresas siempre tienen la presión de hacer subir sus cotizaciones en la bolsa. Es una forma de mantener a los inversores contentos y hacer que una fuente de financiación crucial permanezca en la sociedad.
Los activos financieros de una empresa son las acciones y los títulos de deuda. También se pueden llamar simplemente como el Pasivo de la empresa, el origen de los fondos, o la financiación. Próximamente veremos que más o menos son lo mismo, y básicamente se diferencian en su nivel de incertidumbre y en los derechos que el comprador puede ejercer sobre la empresa
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